Capitulo 1 – ¿Por qué a mi?
~I need to find a place to hide
you never know what could be waiting outside
The accidents that you could find~
Restless heart sindrome - Green Day
Ni siquiera lo sabía, ni siquiera lo pensaba. Ni se me había ocurrido imaginar lo que pasaría ese día.
Salí del colegio un poco más tarde lo normal, gracias a la junta de delegados de clase armada a improviso en la biblioteca. Y claro, mis amigas no me esperaron. ¿O sería mejor decir “ami-enemigas”?
Desde que tenía memoria, yo había sido la más querida, la más buena del curso, hasta que Leena Piccol se metió en mi vida. Ella era conocida como la malvada, la roba novios del grado y mucho mas; pero por supuesto, cuando necesitaba usar a alguien ahí estaba yo, Maggie Armstrong, y para colmo se olvidaba de mi nombre siempre, me decía Margaret, y mi nombre es Margot. Bueno, eso no importa ahora.
Crucé la Avenida Principal (St. James) con mucha prisa, aunque en realidad no tenía ninguna, mi madre estaba cuidando de mi abuela y mi hermano Jackson tenía entrenamiento de básquet y eso quería decir: SOLA EN CASA. Me apuré, y quizás por eso no veía por dónde caminaba, solo quería llegar a casa y salir del frío para no enfermarme después, pero en eso...
Alguien me agarró de la boca para que mis gritos no se escuchen al mismo tiempo que sentía un revolver en la sien y otra mano en mi cintura. Me arrastró con facilidad hacia un auto, me metió con brutalidad al lado de un hombre que me miraba como si fuera algo comestible y a mi derecha el otro, el que me había agarrado. Le dijeron algo al hombre que manejaba que no llegué a escuchar. Pero estaba muerta de miedo, a través de la ventanilla se notaba que salíamos de la ciudad, y mientras, ellos revolvían mi mochila, buscaban algo, cosas. Sacaron mis iPod y mi celular, lo demás lo revolearon para afuera. Sollocé, estaba perdida.
Paramos en un edificio en ruinas, aunque me hicieron caminar rápido y sin mirar, pude distinguir que era mi destino era el peor, era el Edificio Chaques, ahí los niños decían que había fantasmas porque se escuchaban gritos, por eso nunca nos dejaban entrar a ese lugar. Y menos mal que no lo habíamos hecho nunca.
Me ataron a una silla, sentí miedo, quería llamar a mi madre, que me viniera a buscar, necesitaba abrazarla. Los tres hombres estaban en un pasillo, hablando entre ellos y mirandome mientras yo me retorcía contra la silla para salir. Pero era imposible. Tragué saliva en cuanto vi que cerraban la puerta tras el hombre de los ojos marrones. Me desató, pero esa libertad duró poco, ya que amenazandome con un revolver, me colocó en la mesa, como si fuera una tela lista para cortar. Me ató las manos a la mesa, tragué saliva mientras se acercaba a mi. Con manos rápidas y sin que yo pueda evitarlo, me quitó la camisa blanca y la falda a cuadrillé, dejandome en ropa interior. Tenía frío, pero eso no se comparó con lo que pasó después. Pronto supe que no era nada agradable lo que le pasaba a las chicas de la tele que salían diciendo que las habían violado. Y eso era justamente lo que me estaba pasando.
Suspiré, ya no podía hacer nada, luego de ese episodio de hace tres días, mis familiares me buscaban desesperadamente, sin poder saber que yo estaba aquí, muriéndome de frío y hambre ya que lo único que tenía para comer eran las sobras, un sándwich de queso era lo único que había allí para mi.
Estaba atada a la silla, otra vez. Con los ojos vendados, para mi, todo era oscuridad y nada de claridad. Aunque en ese mismo momento, escuché gritos, golpes, y portazo contra la habitación donde yo estaba. Dos de los tres tipos discutían, de repente escuché mas violencia y un ruido de tiros, eso no me gustaba nada. Entonces, alguien tiró uno, y al mismo momento sentí un dolor inimaginable en mi estómago, caí al suelo como era obvio, y ahí fue cuando alguien se acercó y me quitó la venda. Pero a esa altura yo no podía ni ver ni oír nada.
Luego sigo,,,.